Comenzamos a tener que cuadrar agendas de nuevo, a arañar horas al tiempo.
Lo triste es que justo fuimos a tener que cuadrar horarios en un día que mi DUEÑO me necesitaba más que nunca.
Parecerá estúpido, pero me sentí fatal por no poder estar a su lado, por estar tan cansada.
Pero a pesar del cansancio mi cabeza no podía dejar de dar vueltas en lo que estaba aconteciendo, y a pesar del cansancio irme a la cama no me llamaba en absoluto.
Ya estoy más tranquila, puede que por ver mañana a mi DUEÑO y ayudarle un poco con sus trocitos.
Recogerle de la misma forma en que tantas veces hizo Él conmigo.
Lo cierto es que jode un montón no poder hacerlo cuando es Él quien lo necesita, en el justo momento que lo necesita y no dos días más tarde.
Pienso la cantidad de veces que lo hace para conmigo y para una vez que es a la inversa, pues yo no puedo estar a causa del trabajo y de lo tarde en que regreso a casa.
Ciertamente que los motivos no me consuelan nada, y tan solo es su voz la que de nuevo hace que me sienta bien.
Por tanto sigue siendo Él quien me consuela por no haber podido estar en ese justo momento.
La vida nos pone muchas trabas y tenemos que aprender a salvarlas.
Lejos, pero siempre a su lado, mi Buen DUEÑO.
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