viernes, 10 de septiembre de 2010

ENSEÑAR NO ES SENCILLO, ENSEÑAR Y CUIDAR A UN TIEMPO NO LO ES.

Hay momentos en que no toca o no queda otra solución más que enseñar una dura lección.
Enseñar no es sencillo y al contrario que a otros dominantes, personalmente cada una de las lecciones que he de dar me duelen tanto a mi como a mi(s) sum.
Puede que por desarrollar una gran empatía o por saber lo que se puede sentir y de que forma en el lugar que ellos ocupan.

El miércoles pasado no me quedó otra que enseñar, que cuidar hasta límites que un día se de cuenta.

Tuve que ser fría, distante, hacer algo que siempre me desagrada y me duele tener que hacer, pero no por ello evito esa obligación.

Media hora o puede que menos me llevó enseñar esa dura lección.
No le mostré el cariño, ni una palabra, tan solo silencio y frialdad, apenas tuve necesidad de hacer poco más para que viera con lo que podía tropezarse dentro de este mundo si decidía ir por el camino equivocado.

Enseñar que las fantasías son preciosas pero la realidad es otra, duele.
Duele pues conoces cada una de ellas, hasta donde llega su imaginación, sus miedos. Lo conoces mejor que él mismo.

Hablas, explicas los motivos de una y otra, lo haces muchas veces, le enseñas que primero se ha de gatear para lentamente ponerse en pie y despacio dar los primeros pasos.

Quiere volar, habla de volar, te oye pero no escucha e intentas lo haga, adviertes que sus alas las puede romper para siempre si actúa de tal forma.

Antes que nadie le rompiera las alas, y ya que estaba obcecado en volar sin estar preparado, le mostré la frialdad, la ausencia de sentimientos, la falta de una caricia tranquilizadora, un susurro.
Todo fue muy medido, para no romper sus alas, para no dañar, pero para que por una vez comprendiera con lo que puede tropezarse.

No se enseña tan solo lo que a una le gusta, sino aquello que no le gusta, al menos es mi forma de enseñar y no es sencillo hacerlo o intentar hacerlo al completo.

Ese día regresé a mi casa con una sensación de vacío en el estomago, sin la satisfacción que da una sesión, tan solo tenía la sensación del deber cumplido, pero aquello que estimas y cuidas.....también te duele ver su cara de decepción, su piel blanca, sus ojos tristes.... y así, tan solo con  una caricia al final me alejé de él.

Al llegar a casa le llamé para comprobar cómo estaba y darle esa palabra de cariño que me costó ahogar.

Es un libro en blanco que quiere llenar sus páginas a toda velocidad, pero lo ha reconocido.

Espero que con esta lección sea suficiente y nadie le destroce las alas antes de que comience a volar solo.

"gatea antes de caminar, camina, corre y luego ya volarás "

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