LEYENDAS, CUENTOS, ENSEÑANZAS

LEYENDA CHINA,   CIELO E INFIERNO

En aquel tiempo, dice una antigua leyenda china, un discípulo preguntó al maestro: "¿Cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?".



El maestro le respondió: "Es muy pequeña, sin embargo tiene grandes consecuencias.Ven, te mostraré el infierno".
Entraron en una habitación donde un grupo de personas estaba sentado alrededor de un gran recipiente con arroz. Todos estaban hambrientos y desesperados. Cada uno tenía una cuchara tomada fijamente desde su extremo, que llegaba hasta la olla. Pero cada cuchara tenía un mango tan largo que no podían llevársela a la boca. La desesperación y el sufrimiento eran terribles.
"Ven", dijo el maestro después de un rato. "Ahora te mostraré el cielo". Entraron en otra habitación idéntica a la primera, con la olla de arroz. El grupo de gente, las mismas cucharas largas; pero allí todos estaban felices y alimentados.



"No comprendo" dijo el discípulo "¿Por qué están tan felices aquí, mientras son desgraciados en la otra habitación, si todo es lo mismo?" El Maestro sonrió. "Ah... ¿no te has dado cuenta?



Como las cucharas tienen los mangos largos, no permitiéndoles llevar la comida a su propia boca, aquí han aprendido a alimentarse unos a otros".

LOS TRES FILTROS

Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y empezó a hablar de esta manera:
“¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
Sócrates lo interrumpió diciendo: -“¡Espera! ¿Ya hiciste pasar a través de los Tres Filtros lo que me vas a decir?
-“¿Los Tres Filtros...?”
-“Sí” - replicó Sócrates. El primer filtro es la VERDAD. –“¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?”


-“No... lo oí decir a unos vecinos...”


-“Pero al menos lo habrás hecho pasar por el segundo Filtro, que es la BONDAD: ¿Lo que me quieres decir es por lo menos bueno?”

-“No, en realidad no... al contrario...”

-“¡Ah!” - interrumpió Sócrates.- “Entonces vamos a la último Filtro. ¿Es NECESARIO que me cuentes eso?”


- “Para ser sincero, no.... Necesario no es.”


- “Entonces -sonrió el sabio- Si no es verdadero, ni bueno, ni necesario... sepultémoslo en el olvido...”


¿Tienes algo que decir a otra persona?. Recuerda pasarlo por la VERDAD, la BONDAD y la NECESIDAD antes de decirlo.


 HUELLAS EN LA ARENA



Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto. En algún punto del viaje comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro.
Lastimado, pero sin decir nada, escribió en la arena:
"Mi mejor amigo me dio hoy una bofetada."
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse.
El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó.
Después de recuperarse, escribió en una piedra:
"MI MEJOR AMIGO HOY SALVO MI VIDA."
El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo preguntó:
"Cuando te lastimé escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra. ¿Porqué?"
El otro amigo le respondió: "cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena donde los vientos del perdón puedan borrarlo. Pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo."

ARENA Y PIEDRA

Mi carácter impulsivo, me hacia reventar en cólera a la menor provocación, la mayoría de las veces después de uno de éstos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.

Un día mi maestro, que me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó al salón y me entregó una hoja de papel lisa y me dijo:
- ¡Estrújalo!
Asombrado obedecí e hice con él una bolita.
- Ahora -volvió a decirme- déjalo como estaba antes.
Por supuesto que no pude dejarlo como estaba, por más que traté el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.
- El corazón de las personas -me dijo- es como ese papel... La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.


Así aprendí tambien aprenderé a ser más comprensivo y paciente. Cuando sienta ganas de estallar, recordaré ese papel arrugado.
La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar...
Más cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras... Luego queremos enmendar el error pero ya es tarde.
Alguien dijo alguna vez Habla cuando tus palabras sean tan suaves como el silencio. Por impulso, no nos controlamos, y sin pensar, arrojamos en la cara del otro palabras llenas de odio o rencor y luego cuando pensamos en ello nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado en el otro.
Muchas personas dicen: Aunque le duela se lo voy a decir... o La verdad siempre duele... o No le gustó porque le dije la verdad...
Si sabemos que algo va a doler, a lastimar, si por un instante imaginamos cómo podríamos sentirnos nosotros si alguien nos hablara o actuará así... ¿Lo haríamos?
(¿Y si no nos damos cuenta o lo desconocemos??????)
Otras personas dicen ser frontales y de esa forma se justifican al lastimar: Se lo dije al fin... o ¿Para qué le voy a mentir...? o Yo siempre digo la verdad aunque duela...
Qué distinto sería todo si pensáramos antes de actuar, si frente a nosotros estuviéramos sólo nosotros y todo lo que sale de nosotros lo recibiéramos nosotros mismos. ¿No?
Entonces sí nos esforzaríamos por dar lo mejor y por analizar la calidad de lo que vamos a entregar.
¡Aprendamos a ser comprensivos y pacientes!
¡Pensemos antes de hablar y de actuar!