viernes, 14 de marzo de 2014

CICATRICES QUE SE ABREN

A lo largo de nuestras vidas nos caemos , golpeamos, nos hacemos fracturas y otras cosas más, todas ellas quedan archivadas y guardadas en nuestros respectivos historiales clínicos.
Pero hay un tipo de heridas que es el tiempo quien se encarga de curar, unas las cura para siempre y otras quedan como las heridas que cicatrizan en falso y vuelven a abrirse, se abren de cuando en cuando, sin un motivo aparente.
Algunas son más dolorosas que otras, pero lo que tienen en común es esa reincidencia.
Es algo que se queda en nuestro interior.
Unos se las rumian a solas, otros las comparten con una determinada persona.
Son las heridas del alma
Son las heridas del corazón
Y con el paso de los años, parece que vamos haciendo una pequeña o gran colección, todo depende de la forma de ser de la persona.
Se dice muy alegremente que se debe ser feliz, pero la felicidad no es algo continuo, no.
La felicidad se compone de muchos pequeños fragmentos, de pequeños momentos, el saber disfrutarlos y recordarlos con calor es hermoso, lo malo es cuando en ocasiones esos pequeños momentos en que hemos sido felices nos llevan a momentos del pasado en los que sabemos nunca más podremos compartir.
Algunas veces esos momentos no solo te ponen triste y melancólico, sino que se hace un nudo en la garganta impidiendo casi hasta tragar saliba o respirar.
Pueden durar unos minutos, una hora, un día o algunas semanas.
Unos lo llaman estar depre, yo lo llamo dejar que llore el alma pues en su momento no ha llorado lo suficiente o no la has podido curar del todo.
Quien más y quien menos tiene heridas en el alma.
Intentamos ser fuertes como lo es una roca y no nos damos cuenta que la roca se convierte en arena, no nos damos cuenta que por fuerte que sea la roca la climatología (en este caso la vida misma) le erosiona.
Ser junco es difícil, pero ser agua.... esa es mi mejor opción. 
El agua puede ser manejable, pues se la puede encauzar, pero también su fuerza es a tener en cuenta e incluso a temerla.
Así que si una herida se cierra en falso y se abre de nuevo, o sientes como si tirasen de tu corazón en mil direcciones diferentes tan solo piensa que es normal, y que la única persona capaz de cerrar de nuevo esa herida es uno mismo.

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