lunes, 2 de marzo de 2009

2/03/09 ENSEÑAR, ENSEÑANZAS, APRENDER

(Ni más alto ni más claro, tan solo la forma en que lo veo, pienso y siento).

Hay quien dice reprimenda, dar la chapa, enseñanza, corrección.

Son muchos nombres por los que se conoce y cada uno de nosotros le damos diferente significado.
Unos hablan de castigo otros de correctivo, incluso hacen una escala hasta llegar al castigo.

Creo que no necesito decir ni dar ideas sobre las diferentes formas en que puede ser este, pero sí voy a decir como lo veo y lo siento yo.

Un castigo, reprimenda, correctivo…..etc, nunca es agradable para ninguna de las dos partes, entendamos que no hablo de castigos buscados.

Una simple charla por un error ya duele, al menos cuando la relación entre una y otra parte es estrecha y sincera.

No importa cuánto tiempo tarde en darse esa charla, correctivo, sanción………….castigo, no importa por una sencilla razón y es que desde el momento que se da cuenta la parte sumisa de ese error, de ese fallo, hay una cosita muy adentro que segundo a segundo te va rompiendo.

Llega la charla y se guarda silencio, las ganas de interrumpir para pedir perdón son incontables, mas no lo haces.

Pasan los días y se sigue mal, a pesar de haber escuchado un “bueno, no pasa nada, se acabó, no volverá a ocurrir”.

Pero cuando además de charla te enseñan una lección, cuando sabes que si dar la charla ya no le es plato de gusto pues mucho menos es aplicar esa lección, una lección pensada y sopesada en la justa medida para esa enseñanza, entonces aquello que se siente es mucho más profundo y duradero, no duele solamente el haber cometido un error, haber fallado.

Duele algo mucho más importante, el daño que con esa acción has causado al Amo, el haber sido la causa de que tuviera que hacer algo que nunca es de su agrado.

Eso, duele siempre, no se olvida.
"Una azotaina se olvida, pero nunca el dolor interior."
dulce_lara{D_A}

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