domingo, 10 de marzo de 2013

9/3/13 SESION Y UN REGALO (TONTO) QUE ME ENCANTÓ

La tarde de hoy fue estupenda
 
Bien es cierto que tuve un día muy ajetreado y encima caperucita .
Una hora de caminata rápida con el perro y otra hora dejando que juguetease con otros perros, seguida de la compra, comida y puesta a punto de la casa.
 
Cuando me dí cuenta ya eran las cuatro de la tarde, ni comí para ahorrar tiempo, a la noche ya cenaría bien.
 
Apenas terminé todo lo que hice por casa me puse a arreglarme, ya casi era la hora de irme.
Una ducha rápida,  apenas moldee el pelo y mi maquillaje super natural y rápido.
Tanta era la prisa que tenía que abrí el armario y me puse lo primero que cogí, un vestido, las medias, zapatos negros con una cremallerita a un lado y tacón plateado.
 
Por el camino iba pensando que llegaría tarde, y mientras subía en el ascensor me decía que la que llegaba no era precisamente la sumisa.
Estaba demasiado acelerada como para ser sumisa, pero a todo ello fue como si le escuchase decirme "entregarse cuando todo está bien es sencillo, pero ser sumisa cuando no todo está como quieres, eso es mucha mayor entrega".
 
Cuando llegué ya me estaba esperando, todo preparado, aunque mis ojos nunca ven los juguetes antes de.. tan solo los ven después y si Él quiere.
 
No me dijo nada, pero debió leer en mi cara lo acelerada que estaba, así que me relajó un poco acariciando mi espalda.
Ummmmmmmmmmm, delicioso acariciar sin acariciar, aunque mi omóplato izquierdo lo tengo mucho más sensible desde una caída que tuve, tan sensible que las caricias pueden llegar a doler, y lo sabe, así que me relajó pero también hizo que sus caricias llegasen a doler.
 
Tras un ratito me dice "necesito más y voy a coger más".
 
Me quedé en la postura en que estaba, boca abajo, pero agarré el almohadón, mi mejor aliado.
 
Dos juguetes tan solo, solamente dos, pero.......uffffffffffffffffffffffffffff, uno es liviano pero engaña mucho y al otro lo llamamos "la japuta", por algo será, ¿no les parece?
 
Espalda, trasero, piernas y planta de los pies fueron las zonas con las que esta tarde decidió jugar.
 
Intenté quedarme lo más quieta posible, con mi almohadón como aliado.
Intenté aguantar y entregar todo lo más que pude, a pesar de que hoy todo lo sentía con más intensidad.
 
Pero cuando cambio de juguete, hubo algunos momentos en que no pude evitar girar y ponerme boca arriba para aliviar la espalda, aunque al segundo estaba en la postura inicial.
También hubo otro momento en que hubiera escalado una montaña con tal de evitar el dolor de la planta de mi pie.
guauuuuuuuuuuu,  la japuta no es ninguna broma.
 
Llegados a un punto comencé a rogarle, sé que no importan mis ruegos, que tan solo para cuando Él lo decide y también por ello mis ruegos tardan en salir.
Pero llegó un momento en que mi llanto comenzó a salir, lo ahogaba con la almohada, hasta que mi cuerpo delató mi llanto.
 
Lo extraño es que en ese punto casi ya no sentía el dolor, hubiera podido seguir.
 
Llorar en sesión es algo que no me gusta pero que a Él le encanta, aún así no para por verme llorar,
 
Simplemente para cuando quiere, o como dice, cuando tiene suficiente.
 
(Un secreto entre nosotros, siempre me quedo con la sensación de poder darle más, de haber podido dar más y quisiera volver a empezar donde lo dejó)
 
Cuando dejó a la "japuta" le escucho ir y sacar algo más, no giro la cabeza en ningún momento pues sé que no le agrada en absoluto.
 
Escucho su voz grave preguntarme "como tienes hoy las cervicales", le respondo que bien y me dice "¿segura?".
 
Me ordena ponerme a cuatro y coloca algo entre mis brazos, (a todo esto siempre mantengo los ojos cerrados), por tanto no sé lo que es.
 
Le escucho decir "es una tontería", así que abro los ojos y veo bajo mi cara un paquete.
Intento abrirlo con cuidado pero termino rompiendo el papel, y veo una cajita de madera con un triskel grabado.
 
Durante un buen rato estuve mirándola al tiempo que le daba las gracias. Me encantan las cajitas de madera con algo grabado y si son triskeles pues entonces redondeamos.
No se me ocurrió abrirla, ni por un momento pensé que habría nada más., pero sí, dentro tenía un pequeño dedal con un triskel grabado.
 
Me acurruqué en sus piernas y al poco me da la orden de quedarme en esa posición mientras se levanta, al poco regresa con hielo y un paño para aplicármelo por la espalda.
 
Lo agradezco infinitamente y durante buen tiempo permanezco así mientras Él va aplicándome frío en las marcas.
 
Charlamos un poco mientras los dos descansábamos y por fin llega la orden que más me cuesta cumplir "levantate y arreglate"
 
A regañadientes lo hice, hubiera preferido estar a su lado robando mimos, dando mimos mucho más tiempo, pero.....quien manda, manda.
 
Salimos a dar un paseo, la temperatura era muy agradable, unas pequeñas compras y un café.
 
Odio separarme de Él, pero tengo conmigo algo que me hace sonreír, unas pequeñas marcas en mi espalda, siempre con sumo cuidado de no tocar la columna ni órganos vitales.
 
En secreto, tengo ganas de más, sé que esta se borrará en poco tiempo.
 
Aquí les dejo mi preciado regalo del que me siento tan orgullosa y más contenta que una niña con zapatos nuevos. (Entre nosotros mi mejor regalo es Él)
 
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios: