Hay momentos en la vida que nos hacen más dichosos y otros que nos llenan de preocupaciones.
Hoy a pesar de estar en compañía de mi DUEÑO, Mario y Valentina no pude dejar de pensar en la forma de aliviar los pesares de quien me lleva con un lazo invisible y que no rompe jamás.
No puedo hacer nada, tan solo estar ahí, quieta, sin hacer nada.
Me gustaría poder tender mis hombros para que pudiera reposar en ellos, poder dar un interminable abrazo y sin embargo tan solo puedo permanecer esperando a su lado.
Esperando que es lo que nos dirá la vida, las sorpresas que traerá.
Hoy estaba disfrutando de una maravillosa compañía y sin embargo en mi interior estaba partida en dos mitades
Espero que pronto pueda volver a ver la despreocupación en la cara y escuchar esa sonora carcajada.
Gracias Mario y Valentina, por esas horas tan maravillosas.
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